viernes, 26 de febrero de 2016

Leros-Kalymnos II

La locura de Pavel era la circunnavegación de Kalymnos en canoa. En días anteriores había completado la mitad, pero se había visto obligado a cambiar de planes al llegar a la punta más septentrional, ya que por la costa oeste de la isla el oleaje suele ser peor que por la este. Así que había seguido recto hasta Leros, y aquel día se disponía a iniciar el regreso nuevamente por el este. Me dijo que tardaría algo más de una hora en estar listo, y mientras cada uno llevaba a cabo sus preparativos estuvimos charlando sobre nuestros viajes,  Kalymnos, nuestras experiencias en Grecia,etc. Su inglés no era muy fluido pero sí suficiente para conversar. Tenía una tienda de campaña plantada en la playa.

—¿No está prohibida la acampada? —le pregunté.

—Sí, pero los griegos son permisivos y no ponen inconvenientes.

—Claro. Con lo poco que les gusta cumplir las normas a ellos mismos, no pueden ser estrictos con los demás.

Kalymnos desde la playa de Ksirokampos (imagen de Panoramio)


A la hora de colocar mis cosas en el reducido espacio del que disponía la canoa, rechacé dejar bebida o comida a mano para tomar mientras estuviese en el agua. Había confirmado por diversas fuentes que desde la punta norte de Kalymnos era complicado pero posible llegar a pie hasta los senderos y carreteras del sur. Eso significaba que la travesía sería solamente de unos cuatro kilómetros, distancia que se puede cubrir sin necesidad de avituallamiento.

El objetivo de Pavel era llegar a una cala de Kalymnos a nueve kilómetros de Ksirokampos y me invitaba a ir con él, pero yo prefería una travesía corta. Estas son las dos grandes islas del Dodecaneso más cercanas entre sí, y prefería reservarme para travesías posteriores. Además, el plan era recorrer a pie Kalymnos entera ese mismo día, y entre unas cosas y otras ya había pasado una parte importante de la mañana.

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