Bueno, los anteriores artículos son muy interesantes y tal, pero... ¿¿qué tienen que ver con recorrer el Dodecaneso a nado??
La situación del golfo de Ambracia era tal, que en 2005 un profesor de Educación Física decidió llamar la atención sobre ella. A modo reivindicativo, a Georgios Tsafoulis se le ocurrió atravesar el Golfo nadando desde Bonitsa al sur hasta Koronisia al norte. No solo lo logró sino que al año siguiente repitió. Y al otro. A lo que había empezado como un acto en solitario se le fueron añadiendo participantes hasta consolidar la Travesía del Golfo de Ambracia como un acontecimiento anual no competitivo. Su objetivo no es el de determinar el mejor nadador, sino denunciar el estado en el que se encuentra la que durante generaciones ha sido la principal fuente de alimento de sus vecinos.
Como es natural, la mayoría de la gente presta su atención a otros temas que afectan más directamente a su vida, como por ejemplo la opinión del entrenador del Panathinaikos sobre el partido que jugarán dentro de cinco días, y la repercusión mediática de la travesía es modesta incluso a nivel regional. Esto no impide sin embargo que cada año unos cuantos nadadores colaboren en la transmisión del mensaje para salvar el Golfo. Para quien quiera oírlo.
domingo, 7 de junio de 2015
lunes, 1 de junio de 2015
El golfo de Ambracia (II)
El paradisíaco escenario descrito en el anterior artículo dista bastante del actual a causa de un cúmulo de factores que en los últimos años han ido degradando el Golfo.
El caudal de los ríos ha disminuido tras la construcción de presas para el consumo humano de agua y la generación de electricidad. Otra construcción, en este caso de un puerto en el estrecho que comunica con el Jónico, obstruye el paso del agua hacia afuera. Ambos hechos dificultan la circulación natural del agua, de la que depende parte del funcionamiento del ecosistema local. Además, el descenso del flujo fluvial ha llevado al aumento de la salinidad, no solo de aguas de superficie sino también de algunos acuíferos subterráneos.
A través del Louros y el Artaxthos también llegan otros problemas de peores consecuencias. A lo largo de su recorrido se han dispuesto industrias y granjas que vierten sus residuos a los cauces sin pasar por depuradoras. Algo parecido sucede con las aguas residuales de zonas habitadas sin adecuados sistemas de depuración. Las cuencas también recogen los excesos de fertilizantes y pesticidas utilizados en la agricultura de la región. Todas estas sustancias acaban acumulándose en el golfo, contaminando irremediablemente sus aguas y provocando gran mortalidad de organismos.
Los ricos recursos pesqueros se han visto seriamente mermados también por la utilización de nuevas técnicas extractivas poco selectivas o de gran escala. La pesca de arrastre acaba tanto con animales de interés comercial como con otros que son desechados tras su captura. Por si fuera poco, destruye los fondos, de los que depende indirectamente gran parte de la vida costera.
Ni siquiera métodos considerados popularmente como sostenibles, como son las piscifactorías, estás libres de impacto ambiental. Docenas de ellas han llegado a funcionar en este entorno sin licencia y, por lo tanto, sin control. Más allá de la ocupación de espacio que suponen, también pueden conllevar problemas de contaminación, por ejemplo a través de proliferación de parásitos, residuos o algas tóxicas.
El golfo de Ambracia (I)
El Golfo de Ambracia o de Arta (Αμβρακικός Κόλπος en griego, pronunciado "amvraquicós colpos", con la uve a la inglesa) es una laguna salada de 400 km² situada a oeste de Grecia. Tiene unos 35 km de longitud y unos 15 de anchura, con una profundidad media de 25 m. Constituye un mar casi cerrado, comunicándose con el mar Jónico a través de un paso de apenas 700 metros de ancho. Por el norte desembocan dos ríos, el Louros y el Araxthos. Contiene a su vez bahías de diverso tamaño.
Estas particularidades geográficas dan lugar a una variedad de hábitats que facilita una gran biodiversidad. La aportación de agua desde los ríos forma una ligera corriente que facilita la renovación del agua, además de permitir que haya variaciones de salinidad en distintos puntos. Buena parte del litoral está constituido por sedimentos aportados por los ríos, por lo que se concentra en la región la mayor superficie de marismas de Grecia. Estos entornos suelen atraer importantes poblaciones de aves, algunas como punto de paso migratorio y otras de forma estable a lo largo del año. De las aproximadamente 250 especies que se han contabilizado en el Golfo, la mitad se encuentran protegidas por la Unión Europea, y seis están en peligro de extinción. Destaca el pelícano ceñudo, el de mayor tamaño del mundo.
Por su parte, la poca profundidad hace que la temperatura del agua sea algo superior a la del Jónico. Parte de los fondos acuáticos están poblados por poseidonia, el alga más característica del Mediterráneo, que sirve de refugio a muchos peces y de base de la cadena trófica. La variedad de especies acuáticas es mayor que la de gran parte de regiones mediterráneas y, aparte de pescado de interés comercial, incluye algunas difícilmente visibles en costas europeas como tortugas marinas y delfines.
Por estas razones, existe un parque nacional para la protección y el control de las marismas auspiciada por la red europea Natura 2000.
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