domingo, 25 de octubre de 2015
Balance final
Unas semanas después del fin del viaje, el balance desde el punto de vista natatorio queda muy por debajo de los objetivos. Solamente se completaron dos de las once travesías: Diez kilómetros entre Leipsoi y Leros, y seis kilómetros entre Leros y Kalymnos. En contra de lo que cabía esperar, el mayor impedimento no resultó la forma física o los vientos del Egeo, sino la dificultad de encontrar embarcaciones de acompañamiento. La mayor locura no era intentar poner el cuerpo al límite, sino creerse capaz de conseguir la logística para ello.
Por la misma razón, tampoco se cumplió el objetivo de realizar todas las etapas del viaje, aunque no fuese con fuerza motriz propia. Al no disponer de embarcación para llegar a ellas, no se pasó por Pserimos, Kos, Gyali y Antitilos.
Por lo menos, sí se respetó la norma de hacer todos los desplazamientos en tierra a pie, con unos 390 kilómetros caminados en total. Esto obligó a rechazar en múltiples ocasiones los amables ofrecimientos de lugareños para subir a coches, furgonetas y motos. Junto con el poco respeto por las medidas de seguridad básicas (casco y cinturones de seguridad), esa diferencia cultural en la carretera nunca deja de sorprender (una positivamente, la otra negativamente) por muchas veces que se viaje por las islas.
Para finalizar, en los siguientes artículos se narrarán las dos travesías. Mientras que la primera no tuvo mayor historia, la segunda, que debía ser la más corta y sencilla de todas, se desarrolló de forma muy distinta a lo planeado. Y a lo deseado.
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